Principios de la Educación Holística

Educación para el desarrollo humano.

     El objetivo primario de la educación es sustentar las posibilidades inherentes en el desarrollo humano. Las escuelas deben ser lugares que faciliten la enseñanza y el completo desarrollo de todos los educandos. La enseñanza debe enriquecer y profundizar la relación hacia así mismo, hacia la familia y miembros de la comunidad, hacia la comunidad global, hacia el planeta y hacia el cosmo. 

Individualidad.

     Esto significa aceptar las diferencias individuales y estimular en cada estudiante un sentido de tolerancia, respeto y aprecio por la diversidad humana. Cada persona es creativa en forma inherente, tienen necesidades, talentos únicos de tipo físico, emocional, intelectual, espiritual, y posee una capacidad ilimitada para aprender. 

 Inteligencias múltiples.

     No existe ninguna excusa para imponer tareas, métodos, materiales en masa cuando se sabe muy bien que cualquier grupo determinado de estudiantes necesita aprender en forma distinta, por medio de actividades y estrategias diferentes para desarrollar de esta manera sus inteligencias múltiples.

El papel central de la experiencia.

     La educación es un asunto de experiencia. La adquisición del conocimiento es un compromiso activo y multisensorial entre una persona y el mundo, un contacto mutuo que otorga poder al que aprende y le revela el rico significado del mundo. La experiencia es dinámica y crece en forma continua. El objetivo de la educación debe ser el cultivo de un crecimiento natural y sano por medio de experiencias; la educación no consiste en presentar un “currículo” limitado, fragmentado, predigerido como si fuera sendero del conocimiento y la sabiduría.

Autonomía pedagógica.

     La enseñanza es esencialmente una vocación que requiere una mezcla de sensibilidad artística y de una practica científicamente basada. Los educadores han de facilitar el aprendizaje, como un proceso orgánico, natural y no un producto que se pueda crear según la demanda. Los maestros necesitan autonomía para diseñar y establecer ambientes educativos apropiados a las necesidades de sus alumnos en particular.

Integridad.

     La integridad significa que cada una de las disciplinas académicas proporciona nada más que una perspectiva diferente del rico complejo e integrado fenómeno de la vida. La educación Holística hace uso constructivo de puntos de vistas alternativos, de la realidad y de las formas múltiples de conocer. No solamente los aspectos intelectuales y vacacionales del desarrollo humano los que necesitan orientación y cultivo, sino también los aspectos físicos, sociales, morales, estéticos, creativos y, en un sentido no sectario, espirituales.

Libertad de escoger.

     La educación verdadera tiene lugar en una atmósfera de libertad, ya que es imprescindible tener libertad de indagación, de expresión y de crecimiento como persona, permitiéndoles a los estudiantes hacer una auténtica selección de su proceso de aprendizaje.

Participar en la democracia.

     Construir una sociedad verdaderamente democrática significa mucho más que permitir que el pueblo vote por sus líderes: significa potenciar a cada individuo a que participe en forma activa en los asuntos de la comunidad. Para poder mantener una comunidad así, la sociedad debe estar cimentada en el espíritu de solidaridad en sus ciudadanos, deseo de comprender y experimentar compasión hacia las necesidades de los demás. Tiene que haber un reconocimiento de las necesidades humanas comunes a la gente en vecindarios, en naciones y en la comunidad planetaria.

Ciudadanos globales.

     La experiencia humana es mucho más amplia que la de los valores o formas de pensar de una cultura en particular. En la nueva comunidad global que está amaneciendo, los seres humanos se están poniendo en contacto como jamás antes en la historia de la humanidad, con culturas y percepciones del mundo muy diversas. La educación global se basa en un enfoque ecológico que pone énfasis en la conexión y dependencia mutua de la naturaleza con la vida y las culturas humanas. Uno de los objetivos de esta educación es abrir mentes. Esto se consigue por medio de estudios interdisciplinares, de experiencias que facilitan la comprensión, la reflexión, el pensamiento crítico y respuestas creativas. Esta educación se dirige a aquello que es humano en su sentido más completo y universal.

Cultura planetaria.

     La educación debe surgir orgánicamente de un profundo respeto por a vida en todas sus formas. Se debe cultivar una relación entre lo humano y el mundo de la naturaleza que sea sustentadora y no explotadora. Esta, ha de promover una cultura planetaria que incluya conciencia de la interdependencia del planeta, la congruencia del bienestar personal y global, y el papel y alcance de la responsabilidad individual. La educación planetaria es un campo integrado que incluye política, economía, cultura, historia y los procesos de cambio a nivel personal y social.

Espiritualidad.

     Todas las personas son seres espirituales en forma humana, que expresan su individualidad a través de sus talentos, capacidades, intuición e inteligencia. De la misma manera que una persona se desarrolla física, emocional e intelectualmente, también se desarrolla espiritualmente. De allí que la educación holística fomenta un sentido de responsabilidad hacia sí mismo, hacia los demás y hacia el planeta.

Estos principios se consolidan en un proceso humanístico centrado en la enseñanza y en la búsqueda continua de la integralidad, otorgándoles a los educandos la oportunidad de hacerse a si mismos, en una participación activa, consolidando su personalidad a través de los contenidos que aprende en el ciclo educativo continúo, resaltando los aspectos que reafirman el ser individual que involucran las artes, la literatura, la proyección social y política, la vida espiritual, entre otras, forjando indudablemente una personalidad holística que involucra varios elementos dentro de un solo ente.